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En el marco de la Formación Profesional, los métodos tradicionales de enseñanza no siempre logran captar el interés de los alumnos. Esto es algo que entendió bien Francisco Tamarit profesor de Dirección de Cocina en la Escuela La Inmaculada, quien decidió embarcarse en el que él mismo describe como "el proyecto educativo más ambicioso de su carrera": Martes Adictos.

El proyecto surgió de la necesidad de enfrentar un desafío común en las aulas: la falta de motivación de los estudiantes hacia ciertos módulos clave, en este caso, los relacionados con la gestión de restaurantes. Inspirado en formatos de televisión y retos de la vida real, diseñó una experiencia educativa gamificada, que buscaba transformar el aprendizaje en una vivencia práctica y significativa.

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Fast Good Xperience (FGX): Una aventura educativa real

La iniciativa bautizada como Fast Good Xperience (FGX) involucró a los estudiantes en la creación, desarrollo y gestión de un nuevo servicio gastronómico enfocado en comida rápida de calidad. Esta experiencia no fue ficticia, sino una simulación real en el entorno de CFP La Inmaculada, que permitió a los alumnos aplicar sus conocimientos de una forma dinámica y contextualizada. El servicio creado, bautizado por los propios estudiantes como Martes Adictos, se dirigió principalmente a los jóvenes del Centro de Estudios Superiores La Inmaculada, adaptándose a sus gustos y preferencias culinarias.

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Una enseñanza innovadora a través de retos y gamificación

El éxito de Martes Adictos no se debió únicamente al resultado final, sino al proceso cuidadosamente planificado que llevó al alumnado a superar una serie de 10 retos integrados en el currículo, divididos en 4 fases. Los estudiantes asumieron roles propios de profesionales del sector, trabajando en equipos, enfrentando desafíos como el diseño de menús, estrategias de marketing, y la gestión operativa de su "negocio".

La gamificación fue un pilar clave del proyecto, manteniendo a los alumnos motivados durante todo el curso. A través de un sistema de puntos, insignias y recompensas, se fomentó la competitividad saludable y la superación personal. Incluso se incluyeron elementos sorpresa y cartas de recompensa para añadir un toque de dinamismo e imprevisibilidad a los retos.

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Resultados y evidencias del éxito

El impacto educativo de Martes Adictos fue tan significativo que los resultados se convirtieron en evidencias claras del éxito de la experiencia. Los estudiantes no solo desarrollaron habilidades prácticas en cocina y gestión, sino que también experimentaron una profunda transformación en su forma de aprender, trabajar en equipo y superar desafíos reales.

La creación de un plan de marketing, la puesta en marcha de un servicio operativo y la elaboración de un organigrama fueron solo algunas de las tareas completadas. Además, el proyecto culminó con una emotiva ceremonia de graduación en la que nuestro docente agradeció a sus alumnos por convertir esta experiencia en un éxito rotundo, destacando su compromiso, pasión y trabajo en equipo.

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Martes Adictos no fue solo un proyecto académico más, fue una auténtica aventura educativa que dejó huella en CFP La Inmaculada y en todos los que formaron parte de ella.

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